Un amigo velloso

Cuando se trata de algo calentito, suave y peludo, no existe nada como la alpaca. El pelaje de este animal está hecho de lujosas fibras de seda más calientes que la lana, más suaves que el cashmere e hipoalergénicas.

Las alpacas son originarias de la región del altiplano de los Andes, la cual incluye el área de cuatro países (Perú, Bolivia, Chile y Argentina) y cuenta con una elevación promedio de 12,300 pies. El clima es frío durante todo el año y el suelo permanece congelado por más de seis meses, por lo que la alpaca ha desarrollado un pelaje grueso y aterciopelado para retener el calor.

La alpaca en Perú

Se estima que existen 3.5 millones de estos animales viviendo en las fronteras de Perú, los cuales forman el 80 por ciento de la población de alpacas en el mundo. Además, se cree que al menos 50,000 familias en el Altiplano crían alpaca para obtener un ingreso.

Estos animales comen menos comida que otros de su tamaño y los pastos nativos dispersos sobre toda la meseta les proporcionan los nutrientes necesarios. De hecho, las alpacas sólo necesitan comer un 2 por ciento de su peso corporal para permanecer sanas debido a su muy eficiente digestión.

Sus estómagos tienen tres compartimentos que extraen todos los posibles nutrientes del follaje y dichas criaturas se han adaptado para preservar sus suministros de alimentos al desarrollar pies acolchados para pisar suavemente la vegetación y consumir sólo las hojas expuestas para que las raíces puedan volver a crecer.

La fabulosa lana

La parte más valiosa de una alpaca es su lana, con exportaciones anuales de más de US$100 millones (dólares estadounidenses). La lana de alpaca se utiliza para hacer de todo, desde guantes hasta suéteres y mantas. Viene en 22 colores naturales y se vende por US$2 a US$4 la onza, dependiendo de su calidad.

En 2014, el gobierno peruano buscó promover esta fibra persuadiendo a cinco diseñadores de moda para viajar desde la ciudad de Nueva York y conocerla mejor. Su viaje de seis días incluyó una reunión con pastores indígenas y la observación de cómo la lana se transforma de estambre a tela y luego a ropa. El mercado global de ropa y accesorios de alpaca está creciendo, ya que los consumidores consideran los productos como éticos y sostenibles.

La fibra de alpaca no solo es increíblemente suave y cálida, sino también duradera. Desarrolla una resina natural que la protege de manchas y arrugas. Se han encontrado antiguas telas tejidas con hilos de alpaca en sitios arqueológicos en el sur de Perú que datan de 200 a 300 aC.

Así que la próxima vez que te envuelvas en tu manta de alpaca, recuerda que no solo es suave y a la moda, ¡también es una reliquia familiar!

Traducción de Lucía Dávila, Ciudad de Guatemala, Guatemala

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