El máximo secreto del Kremlin

Imagínese esto: la gente está parada en el frío glacial solo para echar un vistazo a alguien a quien adoran. ¿Qué sorpresa le causaría saber que esa persona lleva muerta más de 150 años? Pero ¿podemos seguir llamándola persona si solo queda el caparazón preservado, sin órganos internos, y la piel requiere un cuidado regular para mantenerla intacta?

Puede parecer algo de ciencia ficción, pero es real. El cuerpo conservado que se exhibe pertenece a Vladimir Lenin (1870-1924), una figura clave en la historia de RusiaLenin fue el fundador del Partido Comunista Ruso y el líder de la Revolución bolchevique en 1917. Se convirtió en el primer gobernante de la Unión Soviética, cargo que ocupó durante siete años hasta su muerte en 1924.

Nueva tradición

Tras la muerte de Lenin, el gobierno soviético tuvo que decidir qué hacer con su cuerpo. Iósif Stalin, que asumió el poder después de Lenin, propuso embalsamarlo y colocarlo en la Plaza Roja, el corazón de Moscú, para que el público lo pudiera ver. Sin embargo, esta idea provocó debates. Entre los opositores se encontraba el líder bolchevique León Trotsky.

A pesar de la controversia, cuando multitudes de rusos comenzaron a reunirse en temperaturas bajo cero para ver el cuerpo de Lenin, el Kremlin finalmente cedió y decidió preservarlo para exhibición pública. Este plan condujo al desarrollo de un proceso de mantenimiento de alto secreto que permaneció clasificado durante casi 70 años.

Proceso de protección

El bioquímico Ilya Zbarsky supervisó el cuidado del cuerpo de Lenin desde 1934 hasta 1952. Su padre había desarrollado el procedimiento original de embalsamamiento, que implicaba inyectar y sumergir el cuerpo en varias soluciones. Aunque el papel de Zbarsky terminó hace mucho tiempo, los esfuerzos de preservación aún continúan. Cada pocos días, un equipo de científicos inspecciona el cuerpo de Lenin en su ataúd de cristal y realiza los procedimientos necesarios para mantenerlo lo más cerca posible de su estado original.

Este mantenimiento rutinario no es suficiente para mantener el cuerpo completamente protegido, por lo que cada 18 meses los científicos lo sumergen en una tina en un laboratorio de investigación durante unos 45 días. Utilizan una solución química que penetra la piel para garantizar que el cuerpo de Lenin permanezca flexible. Una vez que el proceso se completa, el cuerpo se envuelve cuidadosamente con vendajes y Lenin es devuelto a su sarcófago.

Durante más de un siglo, esta rutina ha mantenido a Lenin con un aspecto muy parecido al que tenía el día de su muerte. La forma de preservar su cuerpo fue en su día uno de los secretos mejor guardados del Kremlin.

El cuerpo embalsamado de Lenin. Crédito de la fotografía: Larry Koester vía Flickr

Las filtraciones secretas

Imaginemos que trabajamos para el gobierno y tenemos la responsabilidad de preservar un cuerpo durante décadas, sabiendo que incluso un pequeño error podría traer consecuencias graves. Bajo el régimen de Stalin, el cuidado del cadáver de Lenin era un trabajo extremadamente peligroso. Zbarsky, quien dirigía el proceso, trabajaba bajo un miedo constante, ya que cualquier falla podía acarrear un duro castigo, como la ejecución o el exilio a Siberia.

Una de las tareas más peligrosas de Zbarsky se produjo durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se le ordenó evacuar el cuerpo de Lenin a los montes Urales para evitar que fuera capturado por las fuerzas alemanas. A pesar de sus años de servicio dedicado, Zbarsky fue despedido en 1952 después de que las autoridades arrestaran a su padre durante las purgas de Stalin. Durante muchos años, Zbarsky mantuvo en secreto los detalles de su trabajo.

El peligroso trabajo de Zbarsky para preservar el cuerpo de Lenin no fue la única tarea de este tipo. Después de la muerte de Stalin en 1953, se llevó a cabo un proceso similar con su cuerpo, que fue colocado junto al de Lenin en el mausoleo. La entrada incluso llevaba los nombres de ambos dictadores. Sin embargo, durante las reformas políticas de 1961, el cuerpo de Stalin fue trasladado a la Necrópolis de la Muralla del Kremlin.

Tumba de Stalin. Crédito de la foto: Ivan Castillo Otero vía Flickr

Variedad de opiniones

Más adelante, Zbarsky reveló los secretos del proceso de embalsamamiento y los peligros a los que se enfrentaba. En una entrevista con un periódico, también expresó su creencia de que el cuerpo de Lenin debía ser finalmente enterrado. Aunque Zbarsky había dedicado gran parte de su vida a mantener los restos de Lenin, pensaba que era hora de enterrar al líder.

Zbarsky no estaba solo en esa opinión. Boris Yeltsin, presidente de Rusia tras el colapso de la Unión Soviética, hizo varios intentos de enterrar el cuerpo de Lenin. Su último intento, el año anterior a su muerte, no tuvo éxito, ya que dudó y finalmente no pudo llevarlo a cabo. Aunque una encuesta de 2017 mostró que el 63 por ciento de los rusos apoya la idea de enterrar a Lenin, el actual presidente Vladimir Putin ha dejado en claro que el cuerpo de Lenin permanecerá en su mausoleo.

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