Pelea entre burbujas

Si vas a una tienda de mascotas, podrás ver peces coloridos con grandes aletas nadando solos en peceras pequeñas. Puede que te preguntes si se sienten solos y por qué desarrollan esas aletas tan llamativas cuando no hay otros peces que atraer.

La razón por la que estas criaturas, conocidas como peces de combate siameses o bettas, se mantienen aisladas es que son bastante territoriales. De hecho, los machos pueden ser tan hostiles entre sí que es ilegal en algunos lugares colocarlos en la misma pecera.

Cuando un macho betta piensa que ve a otro, incluso si es sólo su reflejo en un espejo, despliega sus aletas y amplía sus branquias para prepararse para un ataque. Una vez que comienza una batalla, dos bettas pueden pelear durante horas hasta que uno mate al otro. Curiosamente, cuando se juntan con cualquier otro tipo de pez, los bettas son muy pacíficos.

Padres feroces

En la naturaleza, los bettas viven en el agua estancada de los arrozales del sudeste asiático, donde su agresión sirve para proteger su territorio, especialmente al tener a sus crías. Los bettas machos cuidan a los más jóvenes desde que son huevo hasta la adolescencia.

Este proceso comienza cuando el futuro padre reclama un lugar adecuado. Después, pasarán horas soltando bocanadas de aire justo debajo de la superficie del agua para construir un nido de burbujas. Estas estructuras frágiles son de aproximadamente cinco centímetros de diámetro y requieren una atención constante.

Una vez que se construye el nido, el futuro padre abre sus aletas y branquias para atraer a una hembra. Una vez que ella ha liberado sus huevos, el macho los fecunda, y luego los coloca suavemente en el nido de burbujas. Después, persigue a la hembra, pues a partir de ese momento su trabajo es brindarle protección.

El macho tiene un papel importante durante la incubación de los huevos, que dura de 24 a 36 horas. Si los huevos comienzan a cien, los atrapa. Mantenga el nido de burbujas en la superficie para asegurarse de que reciba suficiente oxígeno. Una vez que se rompe el cascarón, las crías flotan con sus colitas antes de empezar a nadar horizontalmente.

Orígenes

¿Cómo llegaron los bettas a venderse como mascotas? En algún momento antes del siglo XVIII, llamaron la atención de los ciudadanos siameses de una región ahora conocida como Tailandia. Como deporte, los hombres se enfrentarían a dos peces entre sí para determinar cuál seguiría luchando más tiempo. Los bettas eran muy diferentes a los actuales, ya que eran de un tono marrón verdoso, con aletas más cortas.

Finalmente, los aldeanos comenzaron a criar los peces para ser cada vez más combativos. Se realizaban apuestas importantes sobre el resultado de las batallas entre los bettas. ¡Algunos competidores victoriosos ganaron premios como casas y familiares!

En la década de 1840, la popularidad de los betta despegó cuando el rey de Siam se interesó por ellos. Entretenía a los diplomáticos internacionales con las largas batallas entre los peces. En los primeros años del siglo siguiente, los descendientes del programa de cría del rey fueron importados a Europa y Norteamérica.

El color sustituye a la lucha

Los aficionados empezaron a seleccionar los peces de colores más vivos para criarlos, en lugar de los más combativos. Hoy en día, los bettas se presentan en multitud de tonalidades y con diversas formas de aletas. Si incluyes un betta en tu acuario, apreciarás su belleza y su calma. Asegúrate de tener siempre una tapa, porque se sabe que los bettas saltan de sus acuarios. Incluso si encuentras a tu pez respirando agitadamente en el suelo, es posible que esté bien, porque los bettas tienen la capacidad de absorber oxígeno del aire. ¡Simplemente no dejes que veas a otro macho!

Traducción de ProZ Pro Bono

¿Tienes algún comentario sobre esta historia? ¡Nos gustaría que lo compañeros con nosotros!